Es el caso de otro de nuestros connotados y distinguidos historiadores tarijeños don Edgar Ávila Echazú, quien nos relata un fascinante suceso ocurrido en los primeros días del valle Andaluz, de la siguiente manera:
"En la Loma - desde entonces precisamente llamada de 'San Juan' - , se produjo una mística visión o aparición de quien, de inmediato, sería adoptado como otro de los Santos Protectores de la Villa: San Juan. En el todavía no acabado fuerte que se edificaba en ese lugar, un promontorio que domina la entrada norte de la ciudad, cayeron de sorpresa los guerreros chiriguanos y casi logran exterminar a todos los soldados constructores.
Un instante antes de la irrupción chiriguana, el Santo se le apareció a un soldado, advirtiéndole afligido sobre el inminente peligro. A duras penas escapó de los indios y bajando de la loma pudo dar la voz de alarma a los de la Villa. Fuentes en esa instancia no se encontraba en ella, sino en Tarija la Vieja (San Lorenzo), y fue debidamente informado del suceso.
Dado su fervor religioso, mandó construir una capilla en es loma dedicado a San Juan. Más tarde, Fray Manuel Mingo hizo el relato de ese evento milagroso, recogiéndolo de la todavía fresca tradición oral en lengua castellana. Y hay que decir que San Juan Evangelista fue uno de los Santos más pródigos con el poblado
puesto bajo su advocación, ya que lo salvó de innumerables plagas, sequías y otras desgracias más, según la fe popular".
Acudiendo a las irrebatibles aseveraciones del primer historiador del suelo tarijeño el R.P. Fray Manuel Mingo de la Concepción, nos explica lo siguiente respecto a estos hechos:
"La Capilla de San Juan está dedicada a San Juan Evangelista, que es Santo y debe ser celebrado por ¡Patrón segundo!, no nos olvidemos que el primer Patrono designado por el Virrey fue San Bernardo, y a su fiesta debe acudir el Cabildo Secular. La razón de todo es, por la vaga voz de que en su sitio se apareció San Juan Evangelista en el principio de la Conquista y por que San Juan libró varias veces a los primeros pobladores de sequías y granizadas, por el cual el mismo Cabildo se obligó a hacerle solemnes fiestas, procesiones y otros públicos homenajes al Santo del Pueblo".
Es así que el 14 de diciembre de 1577 el capitán don Luis de Fuentes y Vargas consagró solemnemente San Juan Evangelista "abogado de la Villa", para el bien y protección de ella, además para que protega las siembras por la salud del pueblo. Se acordo también que "todos los años se hiciera procesión solemne con todos los estantes y habitantes de la Villa y hubiera misa cantada y los jesuitas cumpliesen a que todos los que se hallasen en la dicha procesión, dando la limosna que cada uno quisiese".
Es así que el 14 de diciembre de 1577 el capitán don Luis de Fuentes y Vargas consagró solemnemente San Juan Evangelista "abogado de la Villa", para el bien y protección de ella, además para que protega las siembras por la salud del pueblo. Se acordo también que "todos los años se hiciera procesión solemne con todos los estantes y habitantes de la Villa y hubiera misa cantada y los jesuitas cumpliesen a que todos los que se hallasen en la dicha procesión, dando la limosna que cada uno quisiese".